Cuando leemos La palabra de Dios, bien sea el Sagrado Coran o La Santa Biblia. En estos libros sagrados encontramos hechos y situaciones que guardan algún parecido con la situación político social que hoy viven nuestras naciones latinoaméricanas. De allí que podemos analizar e interpretar las situaciones que hoy vivimos, a la luz de los hechos relatados en el Corán y la Biblia. Al hacer el análisis comparativo, tomemos en cuenta, cuales fueron los elementos que dieron origen a los hechos y situaciones narrados en los libros sagrados. Ver si esos elementos tienen parecido con los que hoy dan origen a los hechos y situaciones que hoy viven nuestras naciones en América Latina. Si encontramos que hay parecidos. Lo lógico es que los tomemos como referencia para entender nuestra realidad.Veamos el siguiente análisis.
Los evangelios llamados “canónicos” presentan en el proceso judicial seguido a Jesús dos imputaciones en su contra, una de carácter religioso y otra de carácter político. En el proceso están involucrados todos los poderes de dos naciones, todos los estratos de la sociedad israelí, sus instituciones públicas y el pueblo. Podemos decir que fue el juicio de dos naciones contra Jesús. En estos hechos presentados vemos que cada uno de los grupos nombrados participaba de manera directa o indirecta en los acontecimientos. Unos daban su aprobación de manera conciente y otros de manera inconciente. Unos con pleno conocimiento de causa pero influenciados por intereses económicos y políticos. Otros por miedo e ignorancia, pero todos participantes de la situación y de la injusticia que se estaba cometiendo. ¿En que se parece esto a la realidad de nuestro mundo moderno y en especial a nuestro continente? ¿Qué enseñanza podemos sacar de estos hechos que nos ayuden el la grave crisis que vive nuestra América?
Veamos algunos puntos de interés. La voz del pueblo no puede ser la voz de Dios. En eso se equivoca nuestro famoso proverbio popular. En el caso antes presentado tenemos todo un pueblo pidiendo la muerte de un inocente, ¿es acaso la voz de ese pueblo la voz de Dios? ¿Es que acaso vamos también a responsabilizar a Dios de los errores nuestros? Otro punto es que las mayorías no todo el tiempo tienen la razón y la justicia de su parte. Que el pueblo no siempre usa la soberanía para el bien. Que la voluntad de todo un pueblo no siempre es aprobada por Dios.
Cuando hablamos de la soberanía de los pueblos tenemos que tener conciencia de que estamos hablando también de la responsabilidad que tienen los pueblos en todas las crisis sociales, políticas, morales y en todos los aspectos de la vida de esos pueblos. Las cosas buenas y las cosas malas que existen en nuestros pueblos latinoaméricanos son el producto de nuestra voluntad, del ejercicio de nuestra soberanía. De nuestros errores y aciertos. Somos nosotros los únicos culpables de la muerte de los inocentes, de la condena de los inocentes, de la opresión a los ricos sobre los pobres, de la opresión de los pobres sobre los pobres, de la opresión de los jueces y demás funcionarios de gobierno sobre los presos y de la opresión de los presos sobre los presos. En el juicio a Jesús presentado por los evangelios “canónicos” no digo que estos hechos sean verdad o mentira. Solo digo que en ellos se muestra con todo su crudeza la realidad latinoamericana, de complicidad por miedo, de injusticias por intereses políticos y económicos, de actuación por ignorancia. En el juicio seguido a Jesús se muestra cuan injusto puede ser un pueblo en el ejercicio de la soberanía. Por esa razón es que desde la teocracia decimos que la soberanía es un derecho exclusivo de Dios. Que solo él mediante sus santas leyes puede guiar los destinos de un pueblo sin cometer la más mínima injusticia. Solo en la soberanía divina esta le esperanza de los oprimidos.
En el relato veo solo tres figuras, Pilatos, Jesús e Israel. Pilatos es Roma, el imperio con todo lo que ese nombre significa, y el pueblo es Israel, Jesús es la victima del poder soberano del imperio y del pueblo, ambos culpables.
“La Voz de Dios” según el proverbio popular de quienes con tanta pasión defiende la soberanía de los pueblos y condenan la soberanía de Dios son estos pueblos Roma e Israel. ¿Pero donde esta Dios? Dios esta en Jesús, no de manera literal, sino simbólica. No hay Cruz, No hay sacrificio expiatorio por el pecado en este acto, no veo estas cosas por ningún lado. Dios esta indignado éticamente hablando. Dios esta lleno de su dignidad la cual se refleja desde Jesús que desafía los poderes del anti Dios, Ninguna autoridad tendrías sino te fuere dada de Dios, tengo poder para pedir diez legiones de soldados angelicales de Allah. Jesús desafía la muerte desafía la autoridad de Israel y de Roma y se coloca por encima de su “poder soberano”. La llamada cruz no es más que un trono para el profeta de Allah, desde este trono otorga el perdón a los que por ignorancia lo han condenado. Allah perdona a las autoridades religiosa latinoamericanas solicita Jesús, perdona a las autoridades educativas, a las autoridades políticas, a las autoridades judiciales y militares. Nadie sabe nada todos actuando por ignorancia.
América esta bajo el poder soberano de las tinieblas, que significan ignorancia y muerte. Como en el tiempo de Jesús solo el ladrón, el delincuente común, el hombre degradado por el crimen tuvo un momento de luz, Este hombre ningún mal ha hecho. El ladrón fue capaz de ver lo que dos pueblos y sus autoridades fueron incapaces de ver. Me pregunto ¿Como será un continente en el cual es un delincuente común el único que es capaz de poder entender algo? Repito como musulmán que soy pongo en duda que los acontecimientos se hayan desarrollado en la misma forma como son presentados por el evangelista, y mas aun pongo en duda el valor histórico del documento mismo llamado evangelio. Pues se trata de copias de copias que han sufrido un sin numero de alteraciones. Pero no es este el tema. Estoy tomando los hechos en la forma como son presentados para hacer ver que no están muy distantes de nuestra propia realidad contemporánea. Que de este escrito podemos sacar conclusiones de los porque de esta realidad y cual es la forma de superarla, que los principios que nos han inculcado desde la sabiduría popular no siempre son los mas ciertos, y que los pueblos se equivocan. Solo Dios no comete errores. La fuente de inspiración para que los pueblos no cometan errores políticos, sociales, judiciales, y de ningún tipo es Dios. Con razón decía el salmista, Guía a mis pies es tu palabra, ella es como una línea trazada por usted, por la que debo guiar mis pasos para no errar. Los pueblos de América tienen los libros sagrados, pero cometen el error de usarlos para rezar, cundo ellos no fueron hechos para rezar, sino para gobernar con justicia de Allah. Excluir los libros sagrados del gobierno de las naciones es el mayor acto de ignorancia que puede haber. Esto fue lo que hicieron Roma e Israel en tiempos de Jesús por eso cometieron las injusticias por las que son condenados por Dios y la historia. Quiera Allah que la luz de los libros sagrados llegue a iluminar las mentes de quienes hoy nos gobiernan.
Muslim Teodoro Rafael Darnott Abdullah
Allah es el más grande Allahu Akbar
Wa alaykum salam warahmetulahi wabarakatuh
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